martes, 30 de julio de 2013

Panacas y Conflictos de Sucesión en el Tahuantinsuyo.

      Los enfrentamientos bélicos entre Huascar Inca y Atao Huallpa no fue un caso aislado ni un fenómeno especial en la historia del Tahuantinsuyo. Estos conflictos se producían por las pugnas entre los herederos a la Mascaypacha, a la muerte del Sapa Inca se producían estas pugnas, de mayor o menor embergadura por el control del poder político.

La guerra Civil entre Huascar y Atahualpa

      Europa tenia una costumbre de sucesión muy distinta al mundo andino. Muchos cronistas afirman que las formas de herencia indígena eran completamente diferentes. También muchas investigaciones como las de Maria Rostworowski, afirman y demuestran la existencia de sistemas diferentes entre los linajes reales y en ellas las panacas reales jugaban un papel fundamental.
      La panaca estaba integrada por la familia y la descendencia del Sapa Inca. Estas panacas veneraban al personaje del cual suponían descender. La función principal de la panaca era la de conservar la memoria y la momia de su fundador, esto podia lograrse gracias a los quipus, los cantares y las ceremonias especiales realizadas en presencia del soberano y de las momias de los antepasados incas.
      En las crónicas de Cieza de León encontramos un ejemplo de esa mezcla de religiosidad y privilegio: en la fiesta del huarachico a Inca Roca le perforaron el lóbulo de la oreja y el dolor fue tan intenso que el príncipe abandonó la multitud y se alejo de la ciudad. Sucedió una tormenta y de miedo Inca Roca agachó la cabeza y en ese momento escuchó el ruído de aguas subterráneas y esta noticia fue recibido con mucha alegría y no tardaron en construír canales hidráulicos para captar el agua. Este descubrimiento fue confirmado en sus crónicas por Sarmiento de Gamboa.


     Los linajes gozaban de una considerable autonomía, Huascar no tuvo visión política al enemistarse con estas panacas, pues, las panacas jugaban un rol importante en la administración y el la política del Estado. La elección del nuevo inca se basaba en la habilidad y la inteligencia para gobernar, entre los incas no existía la primogenitura, ni la noción europea de bastardía.
    Las crónicas demuestran que el señor principal podía elegir al que considerar más indicado para el cargo. A medida que el imperio extendió sus fronteras, las intrigas convirtieron las sucesiones en un peligro para la estabilidad del Estado. Es posible que esta amenaza de guerras civiles caracterizara cada sucesión. Por eso era importante designar al nuevo gobernante de los hijos de la Coya o piui huarmi (única mujer), no se elegía al mayor sino al hijo que mostraba ser más capaz para gobernar.
Al elegido se le entregaba la borla o insignia del poder, y a la muerte de su padre continuaba en el cargo.

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